samedi 21 février 2015

Te imaginas que alguien te escribe un día, cuando ya estás completamente enamorada, envuelta en esa bendición que es su amor y te cuenta, te confiesa, que ya te quería, que ya te esperaba, que ya sabía que estabais hechas la una para la otra, incluso antes de conocerte? Puedes imaginártelo? Yo sí, y hoy es uno de esos días, en los que tímidamente, lo sé. Lo sé desde lo más profundo, y cuanto más profundizo, menos sirven las palabras como anclaje. Lo sé porque el amor que se ha hecho un hueco, casi sin darme cuenta es tan bonito, que no puedo temerlo. Aunque las circunstancias no le hagan caso, ni la aparente realidad...hay una especie de valentía tierna, de calor, de energía que sólo mueve la ternura... que me lo dice. Hay una especie de esperanza que no atrapa, pero que nutre mi libertad y bendice la tuya, donde que quiera que vaya, y en esa esperanza sutil como el aire que acaricia el invierno, me salen alas para empezar a disfrutar de este cariño aunque no estés.

Dice María Zambrano que solamente así, puede realizarse lo imposible, que "lo imposible es salir, de lo que la razón nos dice, estamos esclavos", que lo imposible se posibilita con ancho amor. Un ancho amor solo se puede dar abriendo el corazón, con esas heridas ya curadas, ya con sal, dispuestas a ser atravesadas. Con esas heridas que tienen claro que se dieron en el mejor lugar del mundo y cuyo calor ahora brilla, resplandece y nutre, si te acercas.

Será bonito contarte ese día, que esta sonrisa que ahora te entusiasma, se encendía solo con pensar en ti, y todo lo que quería regalarte. Será bonito que entiendas que tu ya lo sabías, también, pero hay una especie de lucha interna contra una misma que no nos podíamos saltar y además, es imprescindible. Porque esa lucha sirve para darse cuenta de que en realidad no hace falta luchar, y acabada la batalla descubrir, que el no luchado construye más pero somos seres de contraste, y nos encanta ponernos a prueba y desestimar nuestros mejores oídos, que son la luz de tus ojos. Y nos ponemos a prueba porque a veces la esperanza no parece suficiente aunque lo sea, y salimos corriendo. Pero a mi, me conociste en la tormenta sin quererlo, y me ayudaste a entender que no quiero escapar, que estoy aquí, con todas las consecuencias. Será bonito un día que te des cuenta que veías en mis ojos, no solo lo que yo seré, sino lo que serás. Que somos reflejos de luz y que el presente se para al mirarnos, mientras gira el mundo, porque cuando nuestros ojos se miran sin miedo hay dos almas amigas que están más y más cerca de su verdad.

y ese momento que ya soy capaz de sentir, y me envuelve, se escapa a mi entender, como la mayoría de las cosas que dices a medias, pero que no lo entienda no quiere decir que no lo quiera, y de hecho, lo quiero. :)

https://www.youtube.com/watch?v=_WYwB1qRgLM

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