Verdades ineludibles

Terminamos ese viaje con verdades ineludibles como "qué bueno fue tenerte por aquí", "disfrutarnos", cuidarnos las heridas y los tiempos. Jugar a no ver que nos estamos viendo tan cerca.
Lo bueno de tu presencia es que no espero nada de ti, y a la vez no necesito màs. Lo malo es que no significa nada claro. Lo bueno es que cada vez que sonríes me recuerdas porqué estoy aquí, y lo tal vez menos bueno, es que deseo con tanta fuerza tus abrazos que pierdo el norte de mis energías.

Me arden las manos. Me contengo en un autoabrazo y te pido que elijas lo que te salga, pero que no busques mi aprobación… porque ya la tienes, con lo que quieras. Para mi eres TAN verdad que no necesito recetas, ni han de parecerme bien tus decisiones. Porque TU me pareces bien.
Y lo bueno de ti es que no buscas que te mire, pero si nos encontramos...tu sonrisa es leyenda. Y lo bueno de mi es que no tengo caparazas con las esconderme de ti, ni lugar al que huir. Porque siento que no lo necesito.
Te dedico este cuento. Una margarita y una flor de primavera, la que quieras… juegan a bailar entre sus pétalos y olvidan el sol, y el invierno. Y a veces llueve. Las pilla descalzas el agua pero se cubren de invierno por un rato, y qué màs da. Nadie ha venido a huir de un dia nublado. El calor las agota, pero se enjuagan en rios sin corriente, donde el destino y el camino son un mismo lugar. Para qué ir màs lejos, pudiendo estar aquí, y tú tumbada junto a mi, esperando que te bese. Y yo tumbada junto a ti, esperando que tus dedos me acaricien. Y nada pasa. Y pasa todo.
Te vas… y no te pido que te quedes, ni que vuelvas. No porque no quiera verte, sino porque sin querer, te quiero bien, y sé que en tu camino no està el dejarte llevar por mi.
En mi blog de perlas se deslumbra un diamante, pero no podemos saberlo aún. Los verdaderos diamantes se dejan ver en una sala oscura y sin tiempo, como los carretes antiguos… en las que un ápice de luz a destiempo podría desvirtuar todo el revelado...

Tal vez algún dia te enseñe estas palabras, y sonriamos juntas a lo que pudo ser y por cuidarnos, no fue. Porque "todas las mariquitas tienen alas".