Mi risa, el estrès, el tener que hacerlo todo bien, las ganas de estar en Lyon. Y ardio el dolor en mi pecho, como una explosiòn que se enciende de golpe dentro de tu cuerpo y te revienta las extranas. Ni siquiera podia pensar... todo era temblor, nada podia llevarse la voz de mi hermano al otro lado del telefono, nada podria cambiar la realidad.
Y los meses desde entonces, se suman y poco a poco, me dejan respirar... pero pesan, siguen pesando. Y no los tengo miedo, no sé si me quedan muchos miedos. Puede que si, y voy recuperando tambien los miedos, al volver mis energias, y mis ganas, timidas, de amar la vida.
Las certezas se quedaron para el que juzga, como alguna amiga de la infancia, que dice que me perdi y no sabe como encontrarme, ni acompanarme, como mi madre que dice que soy muy dificil, pero me quiere.
Sé que me he vuelto muy dificil de querer, y no puedo echarte la culpa de todo, porque ha sido mucho el frio vivido, y no todo el mundo soporta el hielo. En lugar de aprender a complacer, he aprendido a ser fiel al corazon, para no necesitar serle infiel a nadie.
No dejas de faltarme, y dudo de veràs, que tu herida curé algun dia. Pero se va haciendo màs tolerable.
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