mercredi 25 mars 2020

Ser una experta en tristeza no es algo que me enorgullezca, pero siempre tuve una debilidad especial para adivinar la tristeza que transita los enfados, las sonrisas forzadas, o esas personitas timidas que evitan pronunciarse. Siempre adiviné una tristeza detràs, que no siempre quiere ser descubierta. La tristeza a veces, es como una caja de pandora, y hay que saber que no siempre, està preparada para ser abierta. Yo, considerada una de las chicas màs felices de mi entorno, siempre la tuve escondida. El dia que la saqué llovieron mares, y temi que me llevaran por delante. Pero no me llevaron, al contrario, despertar y observar a esa tristeza cuando estuve preparada me permitio flotar cuando algo màs grande me volvio a poner a prueba. No se trata de vivir para ver la tristeza, se trata de no huirla, de entender su mensaje, que viene a decirte que digas adios, que dejes ir. Tal vez sea porque soy un signo de agua y parece que dejo ir pero me cuesta decir adios. Y por eso la tristeza viene a recordarte que no te saltes etapas, que lo primero es mirar sin comprender, y hasta con enfado. Que lo segundo es saber que seguir es posible, pero implica elegir. Y elegir es renunciar, pero siempre suma. Y descubrir que siempre estàs preparada para la pérdida, porque la vida no cree en el vacio, y te renueva màs vida. Y asi, abrir los brazos para soltar, te prepara para un nuevo abrazo.

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