lundi 28 septembre 2015

es verdad que te estoy regalando demasiado tiempo, y que, tal vez, es solo una excusa para no escuchar los rugidos de mi luz, porque resulta mucho más fácil, más cómodo, ver los del resto. Qué fácil es desvincularse de una misma pensando en influir en la vida del resto. Nos sabemos distraídos e inconscientemente, queremos distraer al resto, mostrarles nuestra verdad, a ver si desde fuera la ven. No podemos pedir a nadie que la vea, si nosotros, apenas la miramos. No podemos pedir a nadie que invierta en nosotros el tiempo y el amor que no somos capaces de regalarnos...no se puede, no.

Pero podemos parar, y escucharnos. Parar sin violencia, parar con calma. Parar de verdad, sin distracciones. Preguntarse. Quién soy, quién quiero ser, y verlo todo posible. Si todo fuera posible(pensemos por un momento, !démonos ese permiso!), sabiendo que lo demás vendrá dado, con el hecho de que yo CAMINE, ¿hacia dónde iría? ¿qué es lo que verdaderamente me ilusiona? ¿qué podría, salir ardiendo, cada día de mi pecho para ayudarme a despertar, a levantarme entusiasmada y a disfrutar de cada movimiento de este juego que es la vida?
¿qué es aquello que realmente quiero hacer, sin tregua, porque ya es paz?
https://www.youtube.com/watch?v=n-Vopf3VN20&list=PLsWTa6sXBCWggM_3awyRTNz30ovB8Pzhf&index=4

Parar y escucharse, es la única manera de conseguir andar.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire