Pararse para saltar.
Me recuerdo en la sala de espera de aquella clinica, esperando los resultados de mi resonancia magnética, sola, temblando por dentro...de nuevo no. Ahora no. Tratando de enfocar todas y cada unas de mis vibraciones a mis celulas para que alineadas, me cuenten que no me habia roto el cruzado otra vez. Y todavia creo, si, todavia creo que es posible...
El radiologo me llama, con empatia, con buen humor pero sabiendo la que viene. Malas noticias, Cruzado y menisco, en asa de cubo. No solo hay que operar, sino que hay que darse prisa.
Y tengo que confrontarme a decepcionar en el trabajo. Y tengo que confrontarme a decirle a alguien que voy a decepcionarles, que no voy a cuidar de mi palabra, porque voy a cuidar de mi. De nuevo a alguien que no lo merece, y a quien quiero cuidar por encima de mi, como si esas personas, egoistas de màs, que unicamente piensan a su propio interes, tuvieran el derecho a validarme.
Paro, porque tengo una excusa. La valentia que me sobra para otras cosas, para ponerme en riesgo, para cuidar a otros, para defenderme de la injusticia, para levantar la cabeza cuando me miran por encima, me falta.