samedi 30 décembre 2017

 Querida primavera. Hoy voy a hablarle a la alegría. Hoy quiero que sepas que no pienso echarte de menos este invierno. Quiero que sepas que el Otoño, como siempre, ha sido duro. Pero esta vez, esta vez vivirlo me ha enseñado a querer. Quiero que sepas que ya no huyo del dolor, porque enfadada me estaba escondiendo de la alegría. Quiero que sepas que amo el hecho de estar viva, de florecer en invierno. De saber que hay tantas rosas como principitos y yo que encontré la mía, no la quiero cortar. Ni proteger del invierno, ni admirar su arrogancia, pero tampoco perderme por sus espinas, su manera de ser única en el mundo, y de quererme como me quiere.

Y quiero que sepas que el mayor regalo de estas Navidades ha sido el abrazo de mi sobrino, y su manera de gritarme fuerte que lo mirara. Y lo miro y lo veo, y se que está de a ratitos, porque su libertad es lo que lo hace tan irremplazable...y lo quiero a raudales...y felicidad se llama mirarlo, y ver su esencia y su tan lleno de vida!. Y sonreír a sus picardías, y que inunde toda la casa con sus carcajadas, y traiga el hogar a todos y cada uno con solo decir Tiaaaaa, buelaaa, aaull... Pou y  Món! Quiero que sepas que me siento bendecida por ser parte de esta familia y de todo su sistema, y que siendo parte, se que está Navidad es el impulso para crear el mío.

Quiero que sepas primavera, que sigo amando a mi madre más que a nada en el mundo, y es que su ternura me llega más profundo que cualquier infinito, en este mundo y en el siguiente. Y eso, siendo tanto amor, no puede ser desorden.

Y por último, quiero que sepas, primavera, que Lyon me espera preparada para el despegue, abrochate las alas!

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